Con una prolífica producción, el grupo insignia del movimiento independiente ha comenzado a traspasar sus límites. La realización del primer video clip de su trayectoria y la próxima gira por España son parte de un nuevo comienzo, pero sin transar con nada su ideología musical.

El frío se hizo presente al llegar a la céntrica sala de ensayo utilizada por el cuarteto nacional integrado por Walter Roblero, Jorge Silva, Rodrigo y Jorge Santis. Algo que se olvida cuando comienzan a tocar los acordes de los temas incluidos en “Cuatro” (2002) álbum que los llevará pronto a Europa. Ese material será acompañado por una nutrida discografía que incluye los aplaudidos y “Iceberg” (2001), “Despertar” (1999) y “Congelador” (1998).
Retrocediendo al año 93, algunos integrantes escribían en fanzines sobre bandas nacionales. Tiempo después, gracias a haber participado en un compilado y la edición de su primer álbum, ellos fueron protagonistas de comentarios en diarios y revistas (de poco y gran tiraje), en donde fueron tildados de muchas formas: post rock, copia de Sonic Youth, Hype, o cualquier estilo que rondara en los “circuitos especializados”. No es un tema preocupante pero si repetitivo. “A nosotros no nos molesta demasiado. Creo que si seguimos tocando, a futuro nuestra música podrá traspasar clasificaciones si hacemos cosas interesantes”, señala Roblero.
Congelador pertenece a la cada vez más necesaria escena independiente, pero no por eso las ganas y la visión de avanzar son menores a las de un grupo superventas. Jorge Silva señala que todo se reduce a que “todos los músicos que quieren tocar, independiente si sacan discos van a seguir tocando. El que quiere hacerlo siempre lo va a hacer. Si eres honesto y haces tu trabajo correctamente es como ilógico no avanzar”, por eso, explica Jorge Santis, ellos mismos se abrieron el camino en la industria local, para hacer lo que quieren y cuando quieran: “Hemos establecido un sistema de autoproducción que ya nos da la tranquilidad de saber que vamos a poder editar discos”. Un sistema que se refleja en el incipiente sello discográfico Quemasucabeza.
Antes de comenzar con la autogestión, aparecieron en el compilado “Pulsos (2008), junto a LEM, Cáncer y El Hombre de la Atlántida, bandas que ya no existen en una producción en la que según Roblero “todo giraba en torno a las pretensiones. Habían grupos que querían irse por el camino más fácil, que la gente los pescara y hacerse famosos inmediatamente. Nosotros nunca nos planteamos eso, sino que como una cosa artística y no un negocio”. Por eso creen seguir vigentes, porque su máxima pretensión es seguir produciendo discos: “Que nos pesquen o no, no nos frustra. Que el grupo se termine no va por la respuesta, sino por nosotros. Todavía tenemos ganas y mientras existan seguiremos. Nunca fue por el éxito, de hecho tampoco vendemos una gran cantidad de discos”, asegura Rodrigo Santis.
El público nacional no es sencillo de seducir, básicamente por la fascinación por el producto internacional, aunque sean bandas desconocidas. A Congelador se les ha comparado con grupos que cuando vienen a Santiago llenan los recintos en donde se presentan (Tortoise, Mogwai, Yo La Tengo, etc), pero cuando se trata de apoyar a quienes pueden competir de igual a igual la cosa no funciona mucho: “Tiene que ver con lo snob que es la gente, tienen un ánimo demasiado entusiasta con la cosas de afuera y lo contrario con lo de acá. La gente prefiere comprar un disco extranjero que uno de un grupo chileno”, dispara Roblero.
Hoy, su evolución muestra un acercamiento al formato canción, pero sigue ahí la experimentación que puede nacer de temas instrumentales. Dos facetas que según Roblero no tienen porque estar separadas: “Todo es uno, todo forma parte de lo que nos gusta hacer. Los temas instrumentales igual están tratados como canción y es para satisfacer todas las posibilidades que hay en la creación, porque hay temas a los que les hace falta voz pero otros que funcionan solos”. Una fusión que no conoce límites, porque los formatos rígidos no van con la forma que tiene Congelador de ver la música: “Se dan esas dos vertientes. Nos gusta la canción más clásica, más cliché, y por otro lado hacer cosas más libres sin tanta estructura”, señala Santis.
Conservación por efecto del frío…
Desde hace un tiempo el grupo está cambiando el recorrido. Ya no creen mucho en el elitismo que rodeaba el nacimiento de la escena indie local. Para ellos eso ya es tema superado: “Cuando alguien viene con ese discurso, tratamos de hacerle ver que no es así. Es como un pensamiento escolar de gente que sataniza el dinero y no saben lo que cuestan las cosas", dice Roblero.
Esa mentalidad los hizo decidirse a convertir “Volar con Dios”, el segundo single del disco “Cuatro”, en imágenes, lo que generó que algunos seguidores, sin siquiera ver la obra terminada, tuvieran sus reparos: “Nos escribió gente que nos escucha desde hace tiempo diciendo que se sintieron traicionados porque hicimos un video con Jorge Olguín. Para ellos significaba que íbamos a salir en radios y no seguiríamos siendo su tesoro escondido”, recuerda Jorge Santis.
Todo fue producto de las colaboraciones. La participación en el soundtrack de la película “Sangre Eterna” del cineasta nacional, con los temas “Protégeme” y “Despertar”, llevaron a que les ofreciera dirigir para ellos. “Personalmente creo que es uno de los mejores videos que hemos visto, sobretodo de grupos independientes”, recalca Santis, agregando que sí existió el miedo de terminar convertidos en criaturas oscuras, por el concepto del cine de terror que maneja Olguín en sus producciones. Aunque simple y trabajado en digital, la obra habla por si sola, siendo su idea central las preguntas sobre creer, ser y trascender. Un clip que ya está rotando por los canales musicales.
Además de ese avance en su carrera, el grupo se prepara para una gira a España que comienza el 6 de noviembre. En ese país editarán una versión de “Cuatro” con un cover de Stone Roses. Una visita gestionada con el sello Astro Discos para recorrer diferentes ciudades con La Habitación Roja, una banda independiente de ese país, en una escena mil veces más grande que la nuestra. “Nos vamos con ellos. En Barcelona hay un mini festival de Astro, pero la gira es por 10 semanas. En Madrid tenemos una fecha solos, en la tienda de discos Snacks”, adelanta Santis.
El viaje significa para ellos hacer bien el trabajo, hacer contactos y darse a conocer entre el público que gusta de la música que realizan. Astro Discos define esto como una primera etapa, en la que las puertas quedan abiertas para volver a tocar un nuevo disco. Walter Roblero cree que todo depende de la energía, las ganas y lo que proyecten: “Nos interesa España, porque tiene una escena musical muy desarrollada y es gente que habla nuestro idioma. Siempre nos ha gustado hacer música en nuestra lengua, que nos entiendan. Ojalá que esto nos permita ir a otros lados, como recorrer sudamérica”.
Después de ese recorrido, el verano chileno les espera para producir un nuevo disco que pretenden lanzar en 2004. Un trabajo que apuestan será mejor que todos los anteriores. Para lograrlo trabajarán como hasta ahora dejando todo, literalmente, desde esta sala de ensayo hasta el estudio de grabación. La idea es seguir sonando como quieren, reales y sin presiones externas. Una forma de creación que según Rodrigo Santis “depende de las personas que están tocando en la banda, que el enfrentamiento sea de verdad, esa es la única forma de no tener más aspiraciones que tocar música y crear. La música es el reflejo de cómo son las personas, entonces si estás haciendo algo honesto es inevitable que eso no se refleje”.
*2003www.congelador.clLabels: congelador, música, quemasucabeza