Rosario Mena: Poesía Reprogramada

¿Es chilena? ¿electroacústica? ¿trip-Hop? Muchas son las interrogantes cuando la masa se enfrenta a la música que un grupo reducido tiene la suerte de conocer. Aquellas voces y sonidos que esperan una salida del laberinto de la autogestión y que son totalmente ignoradas por los medios, aunque no sean tan diferentes, extraños ni poco radiables, sino que no cuentan con un apoyo para difundir su trabajo. Rosario Mena, desde algunos años, ha sido una de las recomendaciones entre quienes buscan más allá de lo obvio, aunque sin traspasar la fina barrera que separa la calidad de sólo una experimentación sonora.

Ya es grande. No se cree el cuento de la fama, la ideología indie, los contratos millonarios o el concepto clásico de banda. Puede ser que el mercado nacional no esté preparado para ella, porque aunque trate de lograr un sonido masivo, su gusto por la electrónica y la canción latinoamericana crean un estilo que, si bien es aplaudido, no calza con los patrones manejados comercialmente el Chile. Por ello Rosario comenzó su trabajo cuando encontró el momento preciso y sin ninguna presión: “Yo empecé a desarrollar mi trabajo de una manera súper autónoma. No anduve dando vueltas con la gente, ni tocando en lugares chicos mucho rato. Yo estaba en mi pega y trabajé puertas adentro mi disco... “

Es periodista, trabaja en cultura, posee un historial interesante, incluyendo un libro de fotografías y versos titulado “Cáliz foto poemas” (1990) y estudios en España. Por eso existe un conocimiento realista y muy simple que otros músicos independientes todavía no comprenden: “Hay poco público interesado en la música, o sea, hay un problema de evolución que en el fondo es del mercado... Tienes que vender productos para gente no interesada, sino para gente súper expuesta a la influencia de la televisión y otros medios masivos” Razón tiene si vemos que cada día las multinacionales prefieren invertir en fenómenos pasajeros, pero estadísticamente rentables, que levantar proyectos que no son grito y plata pero que pueden contribuir a expandir los sonidos.

Por aquello es fundamental que el talento, la calidad y las ganas tengan un apoyo, que a veces llega y no es bien utilizado: “De repente hay gente que ha hecho contratos de distribución con sellos grandes y no ha pasado nada. Y si te mueves independiente, a veces, puedes hacer una mejor difusión... hay muchos matices” Y es que la difusión es otro tema, aunque Rosario siempre ha estado presente de una forma sutil, sus videos y canciones han rotado en los principales canales de música y radios pero obviamente sin la frecuencia de los más conocidos: “Lo que vende es lo que tiene toda una maquinaria de marketing súper heavy, si no la tienes, es más complicado” Otra idea simple y concreta que tiene bien clara.

Hay que tener presente el estigma que lo alternativo es elitista, aunque esa creencia da lo mismo ya que si alguien quiere crear lo va a hacer y si la gente quiere escuchar algo que no se ala canción más escuchada de la radio también. Nuestro país posee un público homogéneo, aunque escapan algunos que extrañamente podrían generar una industria pero de una forma natural: “La masa no compra libros ni música. Ellos están recién fascinados con el Mall. Pero yo veo que en todos lados, cuicos y no cuicos, en La Florida, Maipú o Las Condes, en todos lados hay cierta gente que busca cosas distintas, que tiene sensibilidad o por último que coinciden en determinado gusto”. A ese público quiere apuntar.

Bjork, Portishead, Mazzy Star, Julieta Venegas, Elizabeth Fraser...

Las comparaciones siempre han rondado a Rosario. Que su primer álbum era Trip-Hop, Drum’n Bass; que el segundo mezclaba esas sonoridades con el sabor latino. Es facilista comparar con las posibles influencias, pero la verdad es que la autonomía es la que la llevó a optar por crear sola en un principio. Los versos como “Casi siempre el deseo, estrangula los sueños... “ se mezclaban con ritmos electrónicos trabajados con la ayuda de Miguel Conejeros (Fiat 600) y Guido Gutiérrez en su debut “Fe Ciega” (1999).

Si bien le gusta trabajar de esa forma y sin la carga de tomar decisiones con un grupo, también se hace necesario no forzar las cosas, ya que si hay una agrupación natural de gente no se podría negar: “Empezar a armar una banda como reclutamiento no me nacía... La electrónica para mí es mucho más que un estilo, en el fondo es la consecuencia de tener al alcance los medios que te facilitan la producción” Así surgió su primer trabajo, con amigos y colaboradores cocinaron lo que ya es un clásico del underground sin la necesidad de tener banda.

Aunque ella no se considera músico, porque lo maneja de una forma interior, contó con la ayuda de profesionales que se interesaron en lo que hacía, lo que le significó un gran aprendizaje. Después de un tiempo salió “Serial” (2002) con letras como “Puedo decir que ya encontré mi versión de la felicidad, modestamente, a mi medida y con dolor...” y fruto de la colaboración de varios programadores para trabajar los backgrounds más lo orgánico de una banda en vivo: “Todo lo se suma, digo gracias y haremos algo mejor. En ningún caso voy a descartar nada. Lo más bonito del trabajo es la colaboración creativa de la gente”

Ya tiene dos discos en el cuerpo, uno 100% independiente y otro con el apoyo del Sello Azul de la SCD, que año tras año realiza una convocatoria y que en este caso terminó su tiempo con Rosario. Lo ideal sería trabajar un posible tercero con apoyo, mejor si las cosas están más claras que nunca: “Ahora lo que quiero es fortalecer las bases y programar las secuencias en vivo... eso con batería acústica, bajo, es el núcleo de lo que quiero lograr. Que se sumen instrumentos, en un todo potente” Lo importante ahora es consolidar la parte musical, y aunque igual se juntan creaciones durante un tiempo, en vivo o en un nuevo trabajo Rosario seguirá mostrando lo que sabe hacer a quien quiera escucharla, y mejor, sabiendo que sus álbumes están en un rango sobresaliente de críticas.

Tiene clara su postura, y si llega un productor con el contrato millonario bajo el brazo pero con condiciones para hacerlo, sabe que la credibilidad es más importante que la transformación: “Si llega alguien que no tiene gusto y te das cuenta que no sintoniza contigo, no pescas, pero si llega un tipo que tiene un concepto creativo y comercial puede ser. Hasta el minuto yo he manejado mis cosas y cuesta ponerme en el caso. No me va a pasar... imposible”

*2003

Web Oficial